Los días 21 y 22 de febrero celebramos en el IES
“Burguillos” la VIII Feria del Libro. Como siempre fueron días muy importantes
en el instituto, para profesores y alumnos.
Haciendo balance, se vendieron unos 100 libros, por lo que
mirando en positivo, hoy hay en Burguillos 100 libros más que hace una semana,
y ahora hay muchos alumnos que están leyendo. Eso es algo maravilloso.
Pero como responsable de la Biblioteca del instituto, no
quiero que se olvide el objetivo principal de la feria. Quiero volver la vista y acercarme a los
primeros años en que se celebró. ¿Por qué decidimos organizar esta actividad
que pone en marcha a tanta gente? La idea era, como se explica en el tríptico informativo que se
reparte a todos los alumnos para que se lleve a casa, que sean dos días de
hablar, tocar, hojear, ojear, recomendar… LIBROS.
Para nosotros, lo de
menos es cuántos libros se venden. El instituto no gana nada con ello, más bien
al contrario, paga el 10% de todo lo que se vende, que sumado a premios de
concursos, libros que se compran para la biblioteca, regalos para los
escritores que vienen gratis a dar una charla, supone un gran desembolso.
Los alumnos tienen bastante interés, piden libros con
antelación para que estén en la feria, se acercan a la biblioteca y
efectivamente ojean, cogen los libros, comentan con los compañeros, pero… ¿y
los padres?
Los primeros años, las dos tardes que abre la feria, se veía
bastante visitada por parte de los padres. Acudían con sus hijos, los que están
en el instituto y los que están en el colegio, o ya han terminado su
escolaridad, veíamos a antiguos alumnos. Esto supone que en casa se habla de
libros, de lectura, de protagonistas de libros, de gustos y recomendaciones.
Esto sucedía antes, durante y después de la feria, por los que durante varios
días era un tema importante.
Ese es el verdadero objetivo que nos proponemos cada año. Y
desde hace un par de años esto prácticamente no sucede. Los alumnos ven la feria por la mañana,
eligen algún libro que les gusta, van a casa, piden el dinero y por la tarde
acuden a comprarlo.
Es cierto que se compran libros, que el librero hace buen
negocio, pero insisto: ese no es nuestro objetivo. Nos gustaría que la feria
fuera una actividad para toda la comunidad escolar, que fuera algo importante
en el pueblo, algo de lo que se hablara durante esa semana.
Si los padres dan importancia a una actividad, los alumnos
se la darán también. Si para los padres pasa desapercibida, daros cuenta de la
cantidad de distracciones que tienen hoy los niños, no será de su interés.
Cambiemos esto, no cuesta tanto. Animamos a los padres a participar de la vida
del instituto, de todas las actividades que se organizan, un instituto es una
institución colectiva, del que formamos parte profesores, alumnos, pero también
la familia.